sábado, septiembre 30, 2006

Tu silencioso desprecio


Tiembla mi interior con tu silencioso desprecio
y se arroja a mi mundo el peor de los desastres,
que viene desolándolo todo,
arruinando belleza,
transformándola en restos quebrajados de ilusión.

Viene fortaleciendo lo que más daña...lo que más me daña...
Todo se llena de espinas, fuego ardiente, lluvia de ácido...
Todo ansioso de provocarme yagas...sufrimiento...dolor...

He de perecer en el pantano en el que convertiste mis ansias;
me han de coronar las espinas desangrándome hasta el alma,
me han de carcomer las llamas furiosas,
me ha de penetrar al alma aquel ácido maldito,
disolviendo hasta mis más dulces esperanzas.

Mis lamentos han de escucharse en el rincón más escondido,
(quizás hasta tú puedas oirlos....)
y mi grito desesperado a los cielos,
ha de perderse en la inmensidad de tu indiferencia.
¿Cómo hacer para que ya no me hagan daño los demonios,
pues con tu partida ellos han derrotado a mis ángeles?
¿Cómo hacerlo mi perdido amor?.