
Entre vuelos infértiles de ocaso,
precipita la noche envejecida,
gélida de susurros tardíos,
asolada de fúnebres besos,
ésos que aniquilan firmamentos
ésos que decretan decadencia.
Y vivencio fantasías desgastadas
que adivinan mi silencio sometido,
de resplandores caducado.
Soledades derramando hastío,
con sonidos extraviados
y secretos estallidos.
Eco que perturba mi desierto
y me quema furibundo mi universo.
Entre vuelos infértiles de ocaso,
te venero en ausencia anochecida,
carente de azucenas
y de magia adormecida.