En letargo extraviada y en incierto cometido,
arriban huellas indelebles de pasados venturosos;
mas ruega mi piel frenesí dominante
que adormezca el delirio carente y ruge la piel por arrebatos;
forja presurosa docenas de susurros que se agrupan en secretos
y se alojan en caricias aparentes.
Bebo el desconsuelo de rupturas construidas desde muros asfixiantes
y se alza en altar de cenizas en donde reposa tu recuerdo
y deposito en él mandatos para hallarte rezagado.
Brincan ruidosos los tropiezos que se muestran cual vestigios:
pretenden quitar la venda por futuros prominentes;
en sondeos ciegos vislumbro frases que devoran el ensueño
y gime celoso el proyecto que se ve forzado a perderse
o sólo a reinventarse para alcanzar lo perpetuo.
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