sábado, diciembre 12, 2009

Aquí estoy...

Aquí estoy, como siempre,
en el lugar señalado,
a la hora de la espuma
como habíamos acordado.

Con un collar de rocío y un vestido azulado
y la brisa fascinante que tú me has regalado.

Bañé mi piel con perfume de elegante plenilunio;
y una lluvia de estrellas coronó mi conjuro.

He soltado mis cabellos como tú lo procurabas,
quiero hacer de nuestro encuentro una fábula encantada.

Ven pronto, no tardes,
que el camino he preparado
hacia el eterno aposento
de mil besos agitados...

Aligera la pisada
mi querido, amado mío,
que mi templo es tu morada
y mi alma es tu destino.

1 comentario:

Pablo dijo...

precioso!

Llegues sola o acompañada espero tener el gusto de escuchar alguno de los poemas que tienes guardados en tu cuaderno ;)

Un abazote a la distancia