Huye el temor en tu aliento
y prescindo del recuerdo doloroso,
anuda en vértice dichoso
la aventura de un nuevo intento.
Surca el silencio un sendero,
iluminado por tus ojos,
cual levadura alza mi vuelo
hacia un mundo dichoso.
Abro el candado al rocío
de una mañana de rosas,
mientras me baña tu río
con frescura esplendorosa.
No tengo aún la gloria de tus besos,
pero siento viva aquí en mi pecho,
la sintonía innegable del latido,
que unido al tuyo hace nido
de un amor inquebrantable.
Me resulta indudable
que esta magia que me brindas
está curando la herida
y atizando mi coraje.
2 comentarios:
Este poema me lo he deborado Nanchita. Esta hermoso!
Una abrazo de tu amigo Pablo
Esta hermoso el escrito... descargando música llegé a este blog y me encontré con esos bellos versos.. saludos..^^
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