Suspendido está en el aire, el eco de la gloria esperada,
mil frases encubiertas me han ocultado la dicha...
Quisiera desnudar tu horizonte
y desplegarme en su renglón, azuzando tus labios;
con la magia de lloviznas destellantes a tus pasos
lograr que tu boca se desborde...
Y escucharte, por fín, escucharte...
Lo sé, sé que me amas con la intensidad de un relámpago fulminante,
que te desvives por arrojar tus besos sobre la brisa delirante...
Y tus gestos incesantes,
danzan para mí en la tarde dorada,
cantan con voz etérea en la quietud de la noche encantada
y desfilan en el sendero del primer rayo de sol en la alborada...
Sé que me amas, lo sé, mi tesoro...
Sé que tu silencio va cargando frases deslumbrantes, dedicándome su ahogo...
Y yo te grito en tu silencio que también te amo... ¡También te amo!
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