Ay amor de mil abriles,
eco eterno del milagro,
tú me muestras lo sublime
y me cantas lo sagrado.
No te pierdas de mis ojos,
no me apartes de tu lado,
que el sendero es pedregoso
y de brumas agitado.
Ven, renueva con tu canto
la dulzura adormecida,
que se apague mi quebranto
y se encienda ya la vida.
1 comentario:
magnifique!
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