Estoy llorando los versos
que jamás te he prometido,
se me escapa tu universo
sin haberlo consentido.
Y no me alcanza la noche
para ahogar el sufrimiento,
que me deja tu reproche,
llevándose mi sustento.
Nunca aparté tu mirada,
siempre lucía mi gozo,
por estar enamorada
de tu corazón celoso.
Amargas saben las horas
que te visten de verdugo,
desterraste sin demora
nuestro amor a este cruel yugo.
Lo intenté, querido mío,
sabiéndote temeroso,
pero mi alma en el suspiro
no alcanzó a hacerte dichoso.
Adiós digo sin quererlo,
con un nudo en la garganta,
te bendigo y al hacerlo
perdono tu desconfianza.
1 comentario:
Nanchita, no pude dejar de comentar este poema porque sencillamente me parecio HERMOSO.
Un abrazo bien apretado!
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