No estás,
pero siento que estás más que nunca
y se rebelan las olas de este mar en penumbra,
reventando en espuma queriéndote olvidar.
Este confuso despertar de alientos escarchados,
provoca un rocío eclipsado queriendo teñirme el andar.
Aún así, estás,
en la esquina de cada paso,
en cada renglón de mi diario
de donde te pretendo borrar.
Y no te vas,
perduras en cada espacio
te quedas como un abrazo
y confieso que te amo más.
No estás,
pero ¿cuándo te fuiste?
ya ni recuerdo si te perdí o me perdiste,
sólo persistes en mi respirar.
Y aún sin estar, sigues estando,
me habitas el alma procurando
este divino sueño salvar.
Estás más que nunca,
olvido que no te veo
y mi alma no renuncia
a tenerte cuando no te tengo.
Qué mejor fotografía que las palabras que salen de tu mente
Copyright® Todos los derechos reservados 2005 - 2010
sábado, marzo 20, 2010
viernes, marzo 19, 2010
Humanidad Infinita
Soy la tinta escarlata
que se agita y que relata
veinte mil años de historia,
de fracasos y de glorias.
Soy tintero de celeste piel
húmeda y contundente,
presa de un tiempo cruel,
que me consume inclemente.
Soy la pluma de plata,
elegantemente grabada,
que fractura y dilata
las certezas enfrascadas.
Soy la letra distendida,
iluminada y erudita,
cicatriz de una herida
que eternamente transita.
Soy el dialecto infinito,
que convoca los mil luceros;
que cumplirá lo que está escrito
en el libro de los cielos.
que se agita y que relata
veinte mil años de historia,
de fracasos y de glorias.
Soy tintero de celeste piel
húmeda y contundente,
presa de un tiempo cruel,
que me consume inclemente.
Soy la pluma de plata,
elegantemente grabada,
que fractura y dilata
las certezas enfrascadas.
Soy la letra distendida,
iluminada y erudita,
cicatriz de una herida
que eternamente transita.
Soy el dialecto infinito,
que convoca los mil luceros;
que cumplirá lo que está escrito
en el libro de los cielos.
jueves, marzo 18, 2010
"Quien no se arriesga..."
Torpeza la mía no prevenir tu silencio...
No te oigo y desvanecen los bríos.
Tus ojos agudos reflejan desconcierto
y lamento en secreto que ya no serás mío.
Aún a riesgo de morir nuevamente
pronuncié mi paso en el vacío,
y en vano mi ofrenda ferozmente
sentenció mi eterno extravío.
Verá la orilla cómo se ahoga mi anhelo
mientras me llueve eterno el desvarío.
Y repetiré en desconsuelo:
"Quien no se arriesga no cruza el río".
Tu figura desde lejos anunciará mi desvelo
y desgarrará mis venas con funesto rocío.
No te oigo y desvanecen los bríos.
Tus ojos agudos reflejan desconcierto
y lamento en secreto que ya no serás mío.
Aún a riesgo de morir nuevamente
pronuncié mi paso en el vacío,
y en vano mi ofrenda ferozmente
sentenció mi eterno extravío.
Verá la orilla cómo se ahoga mi anhelo
mientras me llueve eterno el desvarío.
Y repetiré en desconsuelo:
"Quien no se arriesga no cruza el río".
Tu figura desde lejos anunciará mi desvelo
y desgarrará mis venas con funesto rocío.
miércoles, marzo 17, 2010
¿Alcanza?
¿Llega mi voz a tu aliento?
-dime-¿Llega?
Vengo nadando en el viento,
traigo un sonido encubierto,
que me prende de magia,
me desnuda en su gracia
por mostrarte lo cierto.
¿Llega mi luz a tus ojos?
-dime-¿Llega?
Traigo un destello fecundo
desafiando a este mundo
a exhibir la grandeza
de esta eterna proeza
de habitarte profundo.
¿Llega mi aroma a tu alma?
-dime-¿Llega?
He concentrado la esencia
evadiendo la conciencia
por mostrarte de algún modo
que este divino tesoro
es inmortal presencia.
Dime entonces, ¿Alcanza?
-dime-¿Llega?
Vengo nadando en el viento,
traigo un sonido encubierto,
que me prende de magia,
me desnuda en su gracia
por mostrarte lo cierto.
¿Llega mi luz a tus ojos?
-dime-¿Llega?
Traigo un destello fecundo
desafiando a este mundo
a exhibir la grandeza
de esta eterna proeza
de habitarte profundo.
¿Llega mi aroma a tu alma?
-dime-¿Llega?
He concentrado la esencia
evadiendo la conciencia
por mostrarte de algún modo
que este divino tesoro
es inmortal presencia.
Dime entonces, ¿Alcanza?
martes, marzo 16, 2010
Fuerza Chile!
Aún tiembla la sombra coronada de espinas
de este cuerpo cansado azotado por la ruina...
Aún perdura la angustia por tanto drama exhibido,
tanto mártir regado por la senda del destino...
Temo por las manos apretadas de impotencia
y ese dolor que inunda hasta la más férrea creencia.
Aún duele el respiro en las entrañas del coraje,
porque apagada y en vilo trae el alma su ropaje.
Mas confío en el impulso,
en esa fuerza salvadora,
que se encuentra en lo profundo
de un corazón cuando llora.
Confío tanto en esas alas,
que aunque bañadas de lodo,
se elevarán esperanzadas
por alcanzar el retoño.
Confío en mi pueblo aguerrido
de voluntad contagiosa,
que no se rinde, aunque herido.
¡¡Fuerza Chile, compatriotas!!
de este cuerpo cansado azotado por la ruina...
Aún perdura la angustia por tanto drama exhibido,
tanto mártir regado por la senda del destino...
Temo por las manos apretadas de impotencia
y ese dolor que inunda hasta la más férrea creencia.
Aún duele el respiro en las entrañas del coraje,
porque apagada y en vilo trae el alma su ropaje.
Mas confío en el impulso,
en esa fuerza salvadora,
que se encuentra en lo profundo
de un corazón cuando llora.
Confío tanto en esas alas,
que aunque bañadas de lodo,
se elevarán esperanzadas
por alcanzar el retoño.
Confío en mi pueblo aguerrido
de voluntad contagiosa,
que no se rinde, aunque herido.
¡¡Fuerza Chile, compatriotas!!
sábado, marzo 06, 2010
No me mires, sólo abrázame
No me mires el rostro lloroso,
la piel desgarrada por las fauces del destrozo.
No me mires derrotada, víctima del desconsuelo,
aunque me devore el terror cuando se mueve el suelo.
No me mires a los ojos mutilados de colores,
las manos rotas de tanto extirpar los dolores.
No me mires desnuda, descalza en el sendero,
con la boca desangrada de pronunciar tanto ruego.
No me mires la herida que ha causado el desvelo,
sabiendo que no puedo incorporarme enseguida.
Sólo abrázame el dolor que me ahoga la vida
y bésame el llanto evitando la partida.
Sálvame del horror que pretende mi sustento,
lávame la esperanza manchada con desaliento.
Dame la fuerza de no caer hacia el abismo,
bríndame el destello en este oscuro laberinto.
la piel desgarrada por las fauces del destrozo.
No me mires derrotada, víctima del desconsuelo,
aunque me devore el terror cuando se mueve el suelo.
No me mires a los ojos mutilados de colores,
las manos rotas de tanto extirpar los dolores.
No me mires desnuda, descalza en el sendero,
con la boca desangrada de pronunciar tanto ruego.
No me mires la herida que ha causado el desvelo,
sabiendo que no puedo incorporarme enseguida.
Sólo abrázame el dolor que me ahoga la vida
y bésame el llanto evitando la partida.
Sálvame del horror que pretende mi sustento,
lávame la esperanza manchada con desaliento.
Dame la fuerza de no caer hacia el abismo,
bríndame el destello en este oscuro laberinto.
martes, marzo 02, 2010
PESADILLA (Mi sentir por mi pueblo azotado por el terremoto del 27 de febrero pasado)
Me derramé sin demora en la sombra del abismo
y una garganta profunda me devoró en cataclismo.
De ella una ronca voz me tiñó los labios de ruego,
me recogió desnuda del oscuro suelo,
ése que vio mi piel recogerse, deslizándose en suplicio,
con fríos pensamientos procurando un precipicio.
El refugio estalló con el sonoro grito de angustia,
no había ningún recuerdo en aquella hora mustia.
Me hice canto dolorido, oración afanosa
por mis seres queridos en instancia desastrosa.
Tuve sed de quimera y en remolinos tortuosos
se quebraba la espera para un infierno doloroso.
Hoy despierto agitada en su reino desolado,
que ha posado sus engendros en los pechos castigados.
Esa luz es tan distante, que tropiezan los destinos,
que Dios abrigue nuestro llanto, que nos indique el camino.
y una garganta profunda me devoró en cataclismo.
De ella una ronca voz me tiñó los labios de ruego,
me recogió desnuda del oscuro suelo,
ése que vio mi piel recogerse, deslizándose en suplicio,
con fríos pensamientos procurando un precipicio.
El refugio estalló con el sonoro grito de angustia,
no había ningún recuerdo en aquella hora mustia.
Me hice canto dolorido, oración afanosa
por mis seres queridos en instancia desastrosa.
Tuve sed de quimera y en remolinos tortuosos
se quebraba la espera para un infierno doloroso.
Hoy despierto agitada en su reino desolado,
que ha posado sus engendros en los pechos castigados.
Esa luz es tan distante, que tropiezan los destinos,
que Dios abrigue nuestro llanto, que nos indique el camino.
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