
pero siento que estás más que nunca
y se rebelan las olas de este mar en penumbra,
reventando en espuma queriéndote olvidar.
Este confuso despertar de alientos escarchados,
provoca un rocío eclipsado queriendo teñirme el andar.
Aún así, estás,
en la esquina de cada paso,
en cada renglón de mi diario
de donde te pretendo borrar.
Y no te vas,
perduras en cada espacio
te quedas como un abrazo
y confieso que te amo más.
No estás,
pero ¿cuándo te fuiste?
ya ni recuerdo si te perdí o me perdiste,
sólo persistes en mi respirar.
Y aún sin estar, sigues estando,
me habitas el alma procurando
este divino sueño salvar.
Estás más que nunca,
olvido que no te veo
y mi alma no renuncia
a tenerte cuando no te tengo.