Cuando encienda el infinito con mi aliento
y mis manos acaricien la nostalgia;
Cuando eleve el horizonte del destierro
y desprenda el lamento de mi almohada;
Cuando encuentre tu linaje en lontananza
y pregone con mi llanto tu alborada...
Sólo entonces beberé de tu secreto
y me haré perenne encrucijada.
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