Una voz etérea
me susurró al oído
mientras hilaba besos
y entrelazaba olvidos.
Me dijo "Ya es la Hora"...
Mi corazón ardía
y me quedé esperando
que germinara el día.
Precipitó la aurora
y me besó el rocío
y comprendí que el tiempo
sería por siempre mío.
1 comentario:
Una linda sorpresa me he llevado al entrar a tu blog y encontrarme con nuevo material ;)
Muchos cariños desde la distancia.
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