Una silueta torcida
en mitad de la noche
y una profunda herida
que se vuelve reproche.
Al erguirse resplandece
su mejilla enlutada,
el penúltimo aliento
de una gloria atesorada.
Sigiloso movimiento
para una sórdida huida.
La última hoja en el viento
de una novela de mentiras.
Un mendrugo de intento
me quedó en la retina,
pereció en el silencio
con la última espina.
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