Cautiva la noche
de tus ojos de cielo,
profundidad perturbadora,
reflejo sereno.
Arrebata su misterio
cada ola que la besa
y la invita a cobijarse
en sus brazos de océano.
Cautiva la noche,
se extiende a tu horizonte
y cabalga en tu marea
que la cuida y la pretende.
De tu brisa que la nombra
mágica y preciosa niña,
y le dedica un poema
que sobrecoge a sus estrellas.
Es la lluvia celestial
que apasiona nuestras almas,
besos de mar y noche
que se funden en deseo.
1 comentario:
Que sea la profundidad de mi mirar, lo que te cautive.
Que sea la fijeza de mis pupilas lo que te perturbe.
Que sea el poder de mi océano lo que erosione las barreras, y deje entrever tus secretos más profundos.
Que sean las olas de mi espíritu la energía que te de abrigo, que te de afecto.
Que sea la oscuridad de tu noche la fusión entre mi horizonte y tu eternidad.
Que sea mi reflejo aquello que haga temblar a tus estrellas.
Que seas mi mágica y preciosa niña, aquella que me apasiona, aquella que me hace desear aquella mágica lluvia sin nubes, ese perfecto beso entre una noche estrellada y un mar tierno y calmo.
Publicar un comentario